Solo, en un mar de vibrante tempestad,
de verbos rápidos y risa corta
te veo reinar, mi mirada absorta.
Presencia de fuego y porte tenaz.
Juguemos a perdernos de verdad
en el sueño que tus caricias portan,
que dicen las olas y las alondras
que agarre, ciego, mi sino voraz.
Que nuestras armonías, suavemente
desvanezcan el camino del miedo
que adormece con hielo nuestra mente.
Que ellas, imparables como un torrente
inunden las montañas y viñedos
con un huracán de amor inclemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario