domingo, 30 de septiembre de 2018

Música cálida de otoño

Una figura de piedra clama mi nombre
pero quiero que seas tú, musa llameante,
la que eclipse victoriosa a ese hombre,
con tus olas infalibles y tus destellos de ante;
que lo deshaucies con tus susurros de cereza
de nuestro hogar de palomas negras y alas brillantes.
Atiende a las mareas que a tu son rezan
y erosionan con tu nombre las arenas galantes
bajo un techo punteado de luceros que me besan
al calor de tus cabellos y tu rostro imperante.
Hoy las hojas del parque se suicidan contra el suelo
queriendo atraer tu danza incesante...
pero tú solo codicias mi voz, mientras bailamos en duelo
bajo el embrujo de este otoño expectante.


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