martes, 26 de diciembre de 2017

Palabras rizadas en una noche de espera

Y tú. Sí, tú...me miras desde vidrios limpios pero con aval
un panel doble, casi triple y despides los males...
¿o los traes? Con tus látigos de azúcar y de sal,
desde tus caminos eternos de curvas y cristales.
Y descanso mi sombra en tus túneles de margarita y nogal,
tus letras de vida y muerte, tu edén y tus rosales.
Un hachazo de deseo inesperado, loco,
de verbos verdes y rojos a partes iguales,
que atacan desde túneles carmín y de sueños rotos,
y que atienden a la llamada de quimeras jubilosas y ovales.
Una enredadera de espamos de paz y versos ignotos,
que me balancean entre vigilias, amaneceres y corales.
Me aterra la comodidad de esta locura almizclada,
mas no quiero ni perderla ni suicidarme desde mi fantasía alada.

Horas después, casi descanso en tu pecho después de la batalla
y casi echo de menos tus labios de lluvia como rosas que me estallan.

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