Blanca, te presentas ante mi
Y no estás aquí. Iridiscente.
Nieve de noviembre.
Inexperta, deseada, Blanca.
Creo que no te llamas así.
Quizá solo en mi mente
Pero así eres. Me arrollas...
No te quiero de otra manera.
Porque ves tedio y lo desollas.
Porque te grabas en madera.
Porque luces sin argollas.
Porque de casualidad te haces eterna.
Porque en esta encrucijada ardiente
Nuestras palabras se antojan amenas.
Se antojan mías, y saben a sur.
Huelen a futuras viandas,
nobles, y de risas a dos.
Sonríe(ríes) con el alba en volandas
y letras que a veces dicen adiós.
Eres innegable. Indeleble. Inmensa.
Inspiración de papel ausente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario