lunes, 15 de octubre de 2018

La música de la sirena

Acompañada de la música, quizá, más preciosa que conozco.

La música de la sirena

Fluye, desatada entre las cicatrices
de este testigo que pretende ordenar
mis sinsentidos y todos sus carices
y entender esta forma de amar.
Vuela, y abraza, impoluta, mis raíces
y saca de mi lo que solo tú sabes obrar.
Ayúdame a jugar con mis recuerdos
y a anudarlos en su cabello coral,
invencible y eterna, mantenme cuerdo
cuando ella desate su magia tonal
abrazada a mi voz en acuerdo;
ambos desafiantes ante un embrujo letal.
Aquí yaces, oscura y demente,
veraz, victoriosa e implacable,
ya carcelera de mi mente
con la seguridad cierta e intocable
de perdurar con tu arte indeleble,
sabedora de tu victoria
y tu poder innegable.
Una sirena ha retorcido mi mundo
con su canto onírico y confuso.
Encuentro refugio en ti y aún por un segundo,
me resguardo de un temor que todavía acuso.
Me azota irreconocible una nueva brisa.
Me desconcierta y anuncia una tormenta incierta
un huracán de sentimientos olvidados que no avisan
y arrasa mi día con su verdad al cielo abierta.
Solo queda esperar a sus palabras afinadas...
que den vida a una esperanza que estaba muerta.




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